viernes, 26 de agosto de 2011

Desde Belorado hasta Agés

El segundo día de nuestro viaje, después de la mala experiencia con las baterías en la etapa anterior (en un recorrido de 23 km llegué con el indicador de batería avisándome que estaba en las últimas) y teniendo en cuenta de que teníamos que subir un puerto, Xabi decidió llevarme empujando hasta el pie del puerto, que se encontraba casi en la mitad. En total anduvimos así unos 12 km, con la dificultad de que no yendo por carretera nos encontramos con más de una cuesta arriba con piedras gordas. Xabi no quiso utilizar el motor para nada, esperando reservarlo para el puerto de La Pedraja.
Una vez en Villafranca Montes de Oca, en el pie del puerto, sabíamos que no teníamos más remedio que andar por el arcén de la carretera, ya que todas las voces nos aconsejaron no ir por el camino de peatones porque era imposible para la silla. Cuando vimos el tráfico que tenía el puerto se nos pusieron los pelos de punta. Un lugareño nos guió para que comenzáramos a subir por otro lado del pueblo para evitar la zona más peligrosa por las curvas y el tráfico, y por ahí comenzamos a subir. Más adelante, encontramos con alegría a trabajadores de la carretera que nos indicaron cuando debíamos avanzar o parar, y en algunos tramos habían cortado carriles para hacer sus trabajos, beneficiándonos nosotros de estar un carril entero cortado al tráfico. Y así, de una manera u otra, conseguimos subir los tres kilómetros con una rampa del 6%.
Una vez arriba volvimos al camino de peatones, subiendo una rampa llena de gordas piedras en la que necesité el motor y la fuerza de Xabi para avanzar. Ya en el camino, el tránsito era aceptable con el motor, aunque de vez en cuando iba botando por las piedras del camino.


Estas son dos fotos que hicimos en esa parte del Camino.



Una vez llegamos a San Juan de Ortega, nos dimos cuenta de que se nos había hecho las dos de la tarde y todavía quedaban cuatro kilómetros para llegar a Agés, vimos a unos cuantos peregrinos que estaban comiendo y nos quedamos con ellos. No antes sin visitar la iglesia del pueblo, que además de ser un recreo para la vista, permite que se abran las puertas grandes para facilitar la entrada de las sillas de ruedas.

Después de comer continuamos andando hasta Agés. Fuimos por el camino de peatones. Fue una mala elección por nuestra parte, porque es ligera cuesta abajo y está lleno de piedras gordísimas, y los cuatro kilómetros se nos hicieron muy largos. Después de la experiencia, creo que hubiera sido mejor ir por el arcén de la carretera hacia Santovenia de Oca, y desde allí hasta Agés. Creo que se hace más rodeo, pero el pavimento es mucho mejor para la silla de ruedas y permite avanzar más rápido y con menos botes.

Agés es un pueblo donde se pueden observar un montón de casas de construccion típica castellana. No debo dejar de mencionar la experiencia en el Albergue Municipal, con ascensor y baño adaptado, aunque con literas. El trato que recibimos por el hospedero y su familia fue fabuloso, confirmando la amabilidad recibida desde la primera conversación que mantuvimos por teléfono.

1 comentario:

  1. ainara, soy rafael y hay algunas cosas me gustaria conversar contigo. yo soy un reciente lesioado medular y tengo bastante ansiedad en hacer cosas.. mi email es rafinfarr@yahoo.es

    ResponderEliminar