Este sábado suspendimos el entrenamiento porque fuimos a la boda de mi primo. Pero no nos quedamos hasta tarde, porque al día siguiente no teníamos excusa para librarnos de una buena caminata.
Volvimos a dar una vuelta por Vitoria… literalmente. Casi como la que hizo Xabi la semana pasada, pero en lugar de ir hasta Armentia por el camino más corto, rodeamos por el parque que hay junto a Olarizu.
Según Google Maps, caminamos 21 kilómetros .
Como novedad, en lugar de empujar Xabi mi silla, utilizamos mi vieja scooter (que tras la reciente puesta a punto y cambio de batería por una más grande va como la seda, tanto que podría llevarme hasta Santiago, si tuviéramos garantía de que el camino fuera accesible 100%), así Xabi no tenía que empujar, que es como pensamos que vamos a estar la mayoría del Camino de Santiago. De paso, comenzaba a entrenarme, que ya es hora, conduciéndome por caminos rurales de mejor y peor transitabilidad.
Tras 5 horas caminando, con una única parada de 20 minutos, podemos decir que no quedamos muy dañados. Únicamente se resintió mi muñeca derecha por no estar acostumbrada a conducir tanto tiempo sin parar.
Ya queda poco tiempo para el camino, y tenemos que emplearnos a tope. Por eso, entre semana haremos algún entrenamiento extra. Esta vez hasta el Alto de Estíbaliz. A ver si para entonces tengo la handbike, que ganas!
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