martes, 14 de agosto de 2012

19 de julio, de Hontanas a Boadilla del Camino


Aquel día volvimos a levantarnos media hora antes, ya que la predicción decía que ibamos a tener un poquito menos de calor. 
Nada mas salir de Hontanas, el camino de peatones se pone difícil por la cantidad de piedras y los surcos del suelo, así que para ir con silla de ruedas aconsejo ir por la carretera BU-4013 que lleva a Castrojeriz, y que está ilustrada en la foto de arriba. El camino de peatones acaba uniéndose con esta carretera, por la que todos los peatones deben continuar hasta entrar en Castrojeriz. Esta carretera es muy local, y apenas pasan coches por ella. Además, el paisaje que se observa pasando por ella es casi tan vistoso como el que aprecian los que elijen el camino de tierra.

Antes de llegar a Castrojeriz, nos encontramos con las Ruinas de San Antón, de un antiguo convento y hospital de peregrinos, y después paramos un poco en el pueblo para ver sus obras de arte, aunque nos quedamos con pena de verlo con un poco más tranquilidad. 



Después de Castrojeriz, siguiendo por el camino se encuentra el Alto de Mostelares que consiste en una cuesta larga hacia arriba de hasta el 12% de inclinación y una cuesta menos larga hacia abajo de hasta el 18% de inclinación, continuando con varios metros en los que predomina el llano. Hasta hace poco, todo el firme de este tramo era muy pedregoso y, aunque actualmente se han hecho mejoras en las cuestas sustituyendo las piedras por un suelo de hormigón, no han cambiado el suelo de la zona más llana, por lo que la solución es insuficiente para los peregrinos con silla de ruedas. 

Tras varias consultas y meditaciones, decidí utilizar el camino alternativo que por suerte existe: saliendo de Castrojeriz hay que caminar por el arcén de la carretera hacia Castrillo de Matajudíos y una vez allí continuar hasta Itero de la Vega. Las carreteras que unen estos pueblos son locales y apenas tienen tráfico. Por el camino original la distancia entre Castrojeriz e Itero de la Vega es de 6,6 km, y desviándose por Castrillo 10,9. Aunque la distancia es mucho mayor, creo que merece la pena ir por el desvío. Es importante el detalle de que por el desvío todo el tiempo iremos en llano o con pendientes suaves, porque lo que haremos será literalmente rodear el Alto de Mostelares. El paisaje junto a la carretera es soso soso, al menos en la época que pasé por allí, perdí la cuenta de campos de girasoles y de cereal que ya habían recogido, pero según Xabi, desde arriba del Alto el paisaje es el mismo desde arriba.


Antes de entrar en Itero de la Vega, pasé por un puente sobre el Pisuerga, que es la frontera con la provincia de Palencia.
En el bar de Itero de la Vega paramos para reponer fuerzas y utilizar el wc, que no está adaptado pero si en planta baja, y el dueño nos invitó a las bebidas.

A partir de aqui pudimos continuar los dos juntos por el camino de peatones, que la mayoría del tiempo era una pista de arena, fácil para la silla y, sobretodo llegando a Boadilla, una pista de piedras que pudimos superar, gracias al trabajo en equipo, sin problemas.

En este último tramo disfrutamos de la compañia de una peregrina, que había decidido hacer el Camino de Santiago, improvisando bastante las etapas. Nos sorprendió las etapas que pretendía hacer aquel día y al siguiente, guiándose sólamente por las obras de arte que había para ver en las metas elegidas. Intentamos convencerla de que dosificara más las fuerzas, pero creo que no sirvió de mucho, ya que lo tenía bastante decidido... yo la llamé "un alma libre". Nos despedimos de ella al llegar a Boadilla, porque ella quería continuar hasta Frómista.




En Boadilla del Camino nos alojamos en el Albergue En el Camino, donde Eduardo nos acogió con su buén ánimo. Como sugiere la foto, es un albergue muy agradable, especialmente los días de calor, porque tiene un patio con piscina, para darse un remojón. No está adaptado, aunque todo está en planta baja, hay dos escalones para entrar en la habitación, pero el buen ambiente y la comida casera son una compensación a tener en cuenta. Allí conocimos a este mimoso hospitalero.


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