lunes, 9 de mayo de 2011

Primeros ensayos



Ayer hacía un tiempo buenísimo, y además cayó en domingo. Esos días en Vitoria hay que aprovecharlos.

Como coincidió que la fiebre por entrenarnos para peregrinar hasta Santiago era alta, decidimos hacer el primer entrenamiento.

Tras darle unas pocas vueltas, pensamos que una buena idea era caminar por el bosque de Armentia, en las afueras Vitoria, uno de los parques del Anillo Verde. Para ir acostumbrándonos a las dificultades del viaje, yo fui con una silla de ruedas manual, y Xabi empujando. Por si necesitábamos ayuda, llamamos a mi hermana para que nos acompañase.

Para ser el primer entrenamiento, he de decir que fue muy bien. Vamos haciéndonos idea de la realidad a la que nos enfrentamos, y se nos van ocurriendo posibles soluciones mientras hablamos del viaje con mucha ilusión.

Nos dimos cuenta de que los baches en el camino, y los charcos de barro, son grandes enemigos de la silla de ruedas, más que las cuestas. Aunque no debemos subestimar el peligro de éstas, sobretodo cuando son hacia abajo. Llegamos a la conclusión de que la handbike, de la que os hablé el otro día, va a ser una ayuda muy importante, al menos para surcar los tramos más abruptos. También caímos en la cuenta de que unos guantes, de tipo ciclista, ayudarían a empujar la silla sin dolor en las manos.

En total anduvimos unos 7 km, en terreno regular e irregular. Necesitamos ayuda de mi hermana en un par de puntos, los más difíciles, donde coincidían piedras, baches y cuesta empinada.

Para mi, también supuso una prueba de confianza. Ya que, como la scooter la conduzco yo misma, hace mucho que perdí la costumbre de fiarme de la persona que conduce la silla, y además nos movíamos por un camino difícil…

Xabi tiene buena resistencia para andar. Se cansó, pero no demasiado. De hecho, por la tarde volvimos a salir de paseo. ¡Empezamos con buen pie!

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